La crisis sanitaria que estamos viviendo está provocando cambios drásticos en nuestros hábitos y rutinas de vida. Si este confinamiento necesario al que nos hemos visto abocados significa un reto para todas las personas y familias, lo es todavía más para aquellos sectores que trabajan con colectivos sensibles y vulnerables. Desde aquí, nuestro más sincero reconocimiento para los y las profesionales que estos días están trabajando para aquellas personas que más lo necesitan.
Uno de estos sectores sensibles es el de la protección de menores y jóvenes. SOMLLAR atiende en sus nueve hogares a 54 niños, niñas, adolescentes y jóvenes vulnerables en situación de tutela administrativa, a ellas y ellos nos debemos. Por este motivo hemos readaptado nuestros horarios, redefinido nuestras rutinas diarias y replanteando algunos de los recursos que necesitan como las terapias psicológicas que venían siguiendo con regularidad. No podemos olvidar que gran parte de los y las menores que llegan a nuestros hogares lo hacen con importantes daños emocionales que hay que sanar para que puedan continuar sus vidas con la mayor normalidad posible. Sin descontar las niñas, niños y adolescentes que presentan algún tipo de diversidad funcional de tipo cognitivo o psíquico que, en nuestra asociación, ronda el 30% del total de menores atendidos y atendidas.
La importancia de estas terapias ha obligado a nuestros y nuestras terapeutas a buscar soluciones creativas para que estas necesidades no estén desatendidas. El trabajo terapéutico presencial ha dado paso a las terapias online a través de las diferentes herramientas y programas de comunicación virtual. Laura Bande, psicóloga del HAG Venecia IV de Alicante nos cuenta que “Nos estamos adaptando como podemos. Esta tarde he tenido terapia con una adolescente con Síndrome de Down, dejé packs de materiales preparados, se los han puesto delante, y hemos podido hacerlo por skype. A pesar de las limitaciones a nivel verbal de algunos y algunas menores, diferentes elementos manipulativos nos están permitiendo continuar con la intervención”. Alba López, psicóloga del HAG Burjassot I expresa que “estos días estoy haciendo las terapias telemáticamente, a través de videollamadas y alguna conversación telefónica puntual, al principio es un poco difícil porque no están acostumbrados y se distraen pero creo que con un par de sesiones más ya será otra cosa”.
Todas las personas que trabajamos en la asociación, en cada ámbito de intervención, equipos educativos, trabajadoras y trabajadores sociales, terapeutas, personal de apoyo doméstico y mantenimiento, personal de administración, así como el resto de instancias de decisión, renovamos, más aún en tiempo de crisis, con dedicación y creatividad, nuestro compromiso con la misión que tiene encomendada nuestra entidad, que no es otra que velar por la atención, protección y educación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que tenemos a nuestro cuidado.